Enero - Abril de 1976. Vielha (Valle de Arán).
La suerte me deparó pasar aquel invierno el cuartel de Vielha, dónde tenía su residencia la Compañía de Cazadores de Montaña de la División Urgel nº4, cumpliendo mi servicio militar. Creo que en mi vida pasé tanto frío.
Atesoro un montón de recuerdos de aquella etapa de mi vida, pero, de forma especial, aquellos momentos en los que haciendo guardia por debajo de los -10 grados, contemplaba con gran envidia el Parador Nacional, allá a lo lejos, colgado en una de las laderas del valle, con su majestuoso comedor totalmente iluminado y, en su centro una gran chimenea encendida dando calor a sus huéspedes.
Me juré que lo primero que haría a la menor oportunidad que se me presentase sería alojarme en aquel establecimiento.
Me licencié y me casé el 3 de octubre del mismo año. Nuestro viaje de bodas lo planificamos en coche, visitando Lyon, París, Bruselas, Amberes y Ámsterdam. Pero la ruta que escogimos quizá no fue la más directa ya que nuestra primera noche, como no podía ser de otro modo, la pasamos en el Parador de Vielha.
Desde entonces, cada mes de octubre hacemos nuestro pequeño o gran viaje de aniversario. Y cada año, si la ruta nos lo permite, incluimos una estancia en un Parador.
No se si será por eso, pero 41 años después, mi esposa y yo seguimos compartiendo felizmente nuestras vidas.
Pere Miralles i Vallbona
