La magia del tiempo soleado nos da la excusa perfecta para sumergirnos en la cultura del tapeo y adentrarnos, aún más, en la excelencia de la gastronomía española. En Paradores, este ritual cobra vida de manera especial, destacando el buen gusto en cada detalle. Y es que nuestras terrazas ofrecen una experiencia memorable. Ya sea disfrutando del frescor de entornos naturales, saboreando la mejor gastronomía local en rincones renacentistas o contemplando un paisaje hipnotizante desde una zona elevada, el buen tiempo se vive en Paradores como en ningún otro sitio.
Una terraza con vistas a la Reserva de la Biosfera
A 10 kilómetros del impresionante conjunto de acantilados que adornan la famosa playa de Las Catedrales en Galicia, se encuentra el Parador de Ribadeo. Cuenta con una terraza espectacular que no solo refleja la rica tradición marinera del pueblo en su decoración, sino que además ofrece vistas impresionantes de la ría de Ribadeo, parte de la Reserva de la Biosfera del río Eo, Oscos y Tierras de Burón. Además, su posición fronteriza permite contemplar los encantadores pueblos asturianos que bordean la región y el exuberante paisaje verde característico de la costa cantábrica. Con este telón de fondo incomparable, platos como las exquisitas empanadas gallegas, el lacón y el reconfortante arroz con bogavante se disfrutan de una manera especial.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE RIBADEO
Tranquilidad renacentista en el Parador de Alcalá
La Hostería del Estudiante, en el Parador madrileño de Alcalá de Henares, es el mejor sitio para viajar en el tiempo. El establecimiento es originario del siglo XVI, envuelto por enormes vigas de madera, muros de piedra, una chimenea donde ya se cocinaba hace cinco siglos y cobres de la época que visten el espacio. Por este rinconcito han pasado ilustres figuras como García Lorca para degustar sus sabrosas migas con chocolate. En la actualidad, su carta contempla un banquete gastronómico repleto de propuestas con identidad propia, como por ejemplo, los quijotescos duelos y quebrantos con mollejas y torreznillos crujientes, el tiznao en taco de bacalao, la sopa boba alcalaína o el guiso cervantino, "Olla Podrida", acompañado de alubias y diversos productos cárnicos. Tras este homenaje, ¿qué te parece pasar por el patio renacentista de Los Caballos y disfrutar de un café con algo dulce en un rincón bello e histórico?
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE ALCALÁ DE HENARES
Un oasis acompañado de música en vivo
Si eres un forofo del buen tiempo y el tapeo, la refrescante terraza del Jardín de la Arruzafa en el Parador de Córdoba te espera. Su carta, de estilo más informal, ofrece una exquisita selección de platos andaluces, entre los que destacan el cremoso salmorejo, el jugoso rabo de toro, los tradicionales flamenquines cordobeses, las berenjenas con miel irresistibles, y las sultanas de coco, una receta heredada de Abderramán III. Estas delicias convierten a este espacio en el lugar perfecto para compartir momentos inolvidables. ¿Te imaginas desconectar aquí rodeado de la exuberante vegetación y las palmeras del entorno? Además, los jueves, viernes y sábados por la noche, podrás disfrutar de música en vivo con el elegante sonido del piano. ¡Una experiencia que no querrás perderte!
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE CÓRDOBA
Un balcón al Patrimonio de la Humanidad
¿Te imaginas arrancar el día desayunando con unas vistas insuperables de la ciudad monumental de Segovia? Si de algo presume la terraza del Parador segoviano es de ofrecer las mejores panorámicas, ya que desde allí, se distingue el acueducto, el alcázar y su famosa catedral. Pero aparte de ser un escenario seductor para la mirada, también es un excelente embajador de la cocina castellanoleonesa. Sobre la mesa no puede faltar el apetitoso cochinillo de la región o el lechazo, acompañado de un buen vino D.O. Ribera del Duero; o tal vez prefieras saborear un suculento bacalao al estilo Carrascal del Río, para luego culminar la experiencia con el emblemático postre de ponche de yema y mazapán.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE SEGOVIA
Un delicioso banquete bajo el frescor del Parque Natural Fuentes Carrionas
Desde la terraza del Parador de Cervera de Pisuerga, se despliega una postal de asombrosa belleza, con el pantano de Ruesga a nuestros pies y los picos más altos de la Montaña Palentina como telón de fondo. Este escenario impresionante se disfruta con una selección de quesos locales, una suculenta menestra, el churro asado que hace honor a la tradición, o unos irresistibles torreznos castellanos. En este remanso de paz, ubicado a 1.100 metros de altura y rodeado por el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, la naturaleza resuena como una melodía relajante. La encantadora estampa que se contempla aquí merece ser explorada de cerca, y qué mejor manera de hacerlo que a través de los 'baños de bosque', una experiencia que nuestro programa de Naturaleza para los Sentidos propone para que puedas aprovechar al máximo este maravilloso entorno.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE CERVERA DE PISUERGA
Un santuario a 1.500 metros de altitud
El Parador de Cruz de Tejeda es un refugio perfecto para encontrar paz y tranquilidad. Su paisaje está dominado por lo que el escritor Miguel de Unamuno llamó la 'tempestad petrificada': la impresionante caldera volcánica de Tejeda, con el Roque Nublo y el Roque Bentayga emergiendo imponentes. Almorzar en la terraza del Parador equivale a 'comer entre las nubes', pues se sitúa a más de 1.500 metros de altura. Desde aquí, se divisa el Teide, la misteriosa isla de La Gomera y, si la suerte acompaña, la silueta de la isla de El Hierro. Además, podrás presenciar espectaculares atardeceres y amaneceres teñidos de rojos, morados o azules. La gastronomía, protagonista indiscutible, ofrece auténticas delicias como el escaldón de gofio, el reconfortante potaje de berros y el exquisito bienmesabe, un postre canario tradicional que deleitará tu paladar con su sabor único.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE CRUZ DE TEJEDA
Entre arcos medievales y detalles feudales
No podemos pasar por alto el privilegio de disfrutar de una terraza en un antiguo castillo medieval, y el Parador de Oropesa, en Toledo, ofrece precisamente eso. Este enclave, que en el pasado albergó a soldados, religiosos y aristócratas, ahora se ha transformado en un espacio histórico lleno de encanto. Entre arcos medievales y detalles feudales, con unas vistas espléndidas a la Sierra de Gredos, te transportarás a la época de los nobles castellanos. Las croquetas de jamón ibérico y leche de oveja oropesana, así como la perdiz de tiro al estilo de Oropesa, son dos opciones perfectas para recargar las pilas y emprender rutas culturales como la de La Vera, La Cerámica, El Bordado o El Valle del Tiétar.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE OROPESA
Carnes a la brasa y pescados frescos en una hostería del siglo XVII
El próximo 23 de mayo, el Parador de Arties se prepara para recibir a sus huéspedes una vez más. Ubicado en el corazón del pintoresco Valle de Arán, este tesoro arquitectónico alberga la histórica Hostería Don Gaspar de Portolá, que data del siglo XVII. Está rodeada por un exuberante jardín con piscina y cuenta con unas vistas impresionantes al Montardo, una de las montañas más icónicas del Pirineo. Su terraza es el lugar perfecto para disfrutar de los cálidos días estivales mientras se saborean delicias gastronómicas que van desde carnes a la brasa y pescados frescos, hasta ensaladas, verduras y arroces. Una experiencia única, llena de encanto y deleite para los sentidos.
QUIERO RESERVAR EN EL PARADOR DE ARTIES
